Historia de Israel

La Biblia no es ni pretende ser crónica histórica. Pero de ella podemos servirnos para reconstruir la historia del Pueblo de Dios, pues, ella guarda invalorables noticias de tipo histórico y religioso. Con ella, y con los datos que nos proporcionan los documentos extrabíblicos podemos elaborar una historia de Israel bastante elemental. Veamos, pues, las etapas más notoria de esta historia.

Época patriarcal: Aproximadamente va de los años 1800 a.C. a 1650 a.C. Las figuras principales: Abraham, Isaac, Jacob, Sara y las doce cabezas o jefes de Tribu. José es un personaje de paso y prepara el enlace con la siguiente etapa. La concepción de Dios: Aquel que llama y promete una descendencia, una tierra, y bendice a los Patriarcas. Los lugares: Ur y Jarán en la Mesopotamia de donde parte la emigración o peregrinación. Las tierras de Canaán donde llegaron y que luego se llamará Palestina.  El libro que hablan de ellos: Gn 12-50.

El Éxodo: esta gran etapa a su vez comprende otras, como: La esclavitud en Egipto: en los dos primeros capítulos del Éxodo se nos narra la experiencia que aproximadamente se sitúa entre los años 1650 a.C. a 1250 a.C. Los personajes que interactúan son el Faraón de Egipto y el pueblo de Israel a orillas del río Nilo. La acción de Dios podemos visualizarlo como Aquel que escucha el clamor de su pueblo y decide liberarlo (Ex 3,4-10). El Éxodo propiamente dicho, que se refiere al acontecimiento de liberación realizado por Dios por medio de Moisés, sus hermanos Aarón y Miriam, y los diversos jefes del pueblo, aquí se comprende a Dios como YHWH, Señor de la historia. En el desierto, lo que hoy es la Península Arábiga, aquí durante cuarenta años Israel se fue configurando como pueblo de Dios, realizó la alianza con Dios y recibió de él los mandamientos. El desierto es el lugar de purificación y de formación de Israel. Todos estos acontecimientos están registrados a su modo en Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

La conquista de Canaán: aproximadamente se ubica en 1225 a.C. a 1025 a.C. o sea unos 200 años de Confederación de Tribus. Entre las figuras principales tenemos a Josué, las Tribus, los Jueces como Débora, Sansón, Gedeón y otros. La compresión de Dios como Aquel está con la fuerza de su Espíritu guiando, defendiendo y organizando a su pueblo. Los escenarios, al principio al otro lado del Jordán. El paso del Río Jordán y de este lado del Río Jordán, sobre todo los lugares donde tenían santuarios y celebraban asambleas populares: Silo y Siquem. Libros que hablan de ellos: Deuteronomio, Josué y Jueces.

Los Reyes: en esta etapa donde Israel se establece como un Estado a la par de otras naciones, podemos ver como tres momentos: Monarquía, se inicia con Saúl, se unifica el reino con David, Israel llega a su máximo esplendor con Salomón y con Roboam y Jeroboam es gran reino se divide hacia el año 931 a. C.  En estos momentos surge a la par la profecía clásica en Israel.

Caída del Reino del Norte o Israel, se efectúa ante el imperio Asirio, bajo Salamansar, hacia el año 722 a.C.

Caída del Reino del Sur o Judá hacia el año 587 bajo el ejercito de Nabucodonosor rey del imperio babilónico. Los libros bíblicos que dan cuenta de todos estos hechos son 1-2 Samuel, 1-2 Reyes y 1-2 Crónicas.

El Destierro a Babilonia se efectúa desde el año 587 a 538 a.C. Algunos judíos se quedaron en el país, otros huyeron a Egipto, pero la mayoría fueron llevados a Babilonia. Es la etapa de la mayor crisis de Israel, pues se había quedado sin sus grandes instituciones nacionales (tierra, reyes, ciudad, templo, sacerdotes…). Pese a ello, es el tiempo de mayor fecundidad espiritual y literaria. Ezequiel y II Isaías (40-55) son los profetas que acompañan al pueblo en este trance y los que ayudan a comprender y reformular la fe israelita.

La restauración o vuelta del destierro comprenden los años 539 al 333 a.C., época dominada por el imperio persa. A partir del edicto de Ciro por el que decretaba a los desterrados a regresar a su respectiva patria. Los israelitas más piadosos encabezado por Zorobabel, Esdras y Nehemías volvieron a Jerusalén y se pusieron en la ardua tarea de reconstruir el templo, la ciudad y las murallas. Los profetas postexílicos[1] animaron al pueblo en esta tarea y, sobre todo, a entender en qué consistía la verdadera restauración: corazón renovado, fidelidad a Dios y trabajo intenso. En cambio, los judíos que no retornaron fueron los protagonistas de la difusión de la fe judía en otras regiones del imperio persa. Globalmente esta fue una época fecunda: apoyado por la tradición sacerdotal se profundizó la reflexión teológica y se redactaron la mayoría de los libros del AT. En esta época también surgió el judaísmo[2] como movimiento sociológico.

Los Macabeos bajo la dominación griega, lo ubicamos entre los siglos IV y I a.C. El imperio Persa fue destruido por Alejandro Magno en el año 333 a.C., dando así comienzo al dominio político griego. Después de la muerte prematura de Alejandro Magno, el imperio, en el área de Medio Oriente, se dividió entre sus dos generales: al sur (Egipto), Seleuco y al norte (Mesopotamia) Ptolomeo. Durante 100 años los israelitas estuvieron bajo los Ptolomeos y después bajo los Seleucidas, que vencieron militarmente a los Ptolomeos. Los Seleucidas quisieron imponer por la fuerza la cultura helenística y esto dio pie a la revuelta de la familia de los Macabeos (Hashidim) en el año 167 a.C., éstos restauraron las costumbres y las tradiciones judías, es decir, defendieron la identidad de su nación. Los libros de Daniel y los Macabeos dan cuenta de ello. Literaria y teológicamente, aquí tiene puesto la gran producción sapiencial de Israel.

Israelitas bajo el dominio romano, siglo I a.C. y II d.C. En el año 63 a.C. el general Pompeyo conquistó Jerusalén y Palestina quedó incorporada al imperio a través de la provincia romana de Siria. Veinte años después, el senado romano cedió la administración de Palestina al idumeo Herodes el Grande, con el título de rey, a cambio de pacificar a los judíos y el pago puntual de los impuestos. A la muerte de Herodes, su reino se divide entre sus tres hijos: Arquelao, Herodes Antipas y Filipos. Arquelao fue depuesto y de esta manera la región de Judea paso a ser administrada por un procurador romanos, en tiempos de Jesús fue Poncio Pilato.




[2] El judaísmo o nueva configuración de Israel se ancla en los grandes valores del pasado (Alianza, monoteísmo, éxodo, el culto, sacerdocio) y no en las instituciones deterioradas y ausentes ya de Israel (profetas, templo, sacerdotes, reyes). Para llevar adelante la religiosidad de Israel se valora como recurso unificador del pueblo de Israel la Torah (ley), que llega a ser la carta constitucional y el documento base para mantener la fe.
[1] Serían: Ageo, Zacarías, Abdías, Joel, Malaquía, III Isaías (56-66), Jonás y Baruc.

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