Geografía


Todo acontecimiento humano está relacionado con algún lugar determinado del planeta. Tanto el uno como el otro necesariamente interactúan. La actividad humana influye en el comportamiento de la naturaleza y a su vez la geografía afecta en la configuración de la cultura humana.

En el mundo bíblico, es importante tener claro, al menos mentalmente, los escenarios en donde se realizaron los grandes eventos salvíficos. De esta manera, no hacemos referencia a la geografía en sí misma, sino por su significado religioso, por su relación con los acontecimientos bíblicos. La geografía, entonces, es el lugar de la manifestación de Dios, lugar teológico.

EL MUNDO DEL AT o CRECIENTE FÉRTIL

El escenario bíblico del AT son lugares que hoy están ubicados los países como Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Israel, Líbano, Siria, Irak e Irán. En tiempos bíblicos se asentaban grandes civilizaciones como la egipcia, mesopotámica, asiria, persa, entre otras. Se le conoce como MEDIA LUNAFÉRTIL, pues, esta zona goza de la presencia de cuatro ríos[1] importantes más la costa del Mediterráneo; esta realidad hidrográfica fertiliza los campos, garantizan las cosechas y por tanto da lugar a los grandes asentamientos humanos. La franja que corresponde a Palestina servía como callejón de paso, tanto para los ejércitos en sus empresas militares de conquista y defensa como para los comerciantes en sus diferentes negocios.

Esta tierra de Oriente Medio ha sido testigo de la acción de Dios a través del tiempo, allí han actuado los patriarcas, jueces, reyes, profetas y sabios. De aquí has surgido las tres grandes religiones monoteístas: judía, islam, cristiana. Es la tierra de las grandes diferencias sociales; tierra de las grandes religiones y a su vez de guerras interminables.


GEOGRAFÍA DE LOS EVANGELIOS

Los evangelios están cargados de referencias a los diferentes lugares de Palestina[2] en los que Jesús vivió, desarrolló y consumó su misión. El evangelio de Mateo en un sumario del inicio del ministerio público nos dice:

Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania (Mt 4,23-25).
Al leer el texto anterior, nos viene a la mente la pregunta secreta: ¿dónde están estos lugares? Y, nos enfrentamos a un no pequeño dilema: seguimos adelante con la lectura o intentamos, con la ayuda de algún mapa, orientarnos en la lectura.



La división política de Palestina responde a coyunturas políticas e históricas.

 Para empezar digamos que Jesús nació en tiempos del rey Herodes, llamado el Grande (Mt 2,1; Lc 1,5). Este rey había logrado formar un reino compuesto de las regiones en otrora antiguo Israel unificado, más algunas zonas de Idumea al sur, la Transjordania al éste y Galilea al norte y oriente. Sin embargo, a la muerte de este rey, el año 4 a.C., el emperador Augusto dividió su reino entre los tres hijos de Herodes: Arquelao fue nombrado etnarca de Judea, Samaría e Idumea; Herodes Antípas, quedó como tetrarca de Galilea y Perea; Filipo fue nombrado tetrarca de Auranítede, Batanea, Gaulanítide y Traconítide, territorios situados al nororiente. Sin embargo, el año 6 d.C., Arquelao fue depuesto de su cargo y su territorio quedó bajo la administración de un gobernador (prefecto) romano que en tiempos de Jesús fue Poncio Pilato. Veamos algunas características de cada una de estas zonas:
Galilea

Es una región montañosa, al norte de Palestina, con una fértil llanura bordeando el mar de Genesaret. En su parte montañosa están las poblaciones de Naín, Nazaret y Caná. La llanura del mar de Genesaret era abundante en cereales, fruta, olivos y vid, así como en pesca y derivados. Allí estaban las ciudades de Cafarnaún, Corozaín y Betsaida.
De Galilea era originario Jesús y en Nazaret vivió hasta el comienzo de su vida pública. De ahí que el lenguaje de Jesús esté plagado de comparaciones agrícolas y pesqueras. También gran parte de sus discípulos eran de esta región. En Cafarnaún Pedro tenía su casa, en ella descansaba el Señor a menudo, después de sus viajes recorriendo todas las aldeas.
Por haberse fusionado la población con extranjeros, no judíos de religión, los galileos no eran bien vistos por los judíos fervientes, que llamaban a la región “Galilea de los gentiles”, algo así como “el distrito de los ateos”.
Samaría

Está situada entre Galilea y Judea. Es fértil y con alto nivel urbano. Sus habitantes nunca fueron auténticamente judíos de religión, ya que muchos de ellos descendían de colonos extranjeros.

Los samaritanos eran seguidores de la Ley: admitían sólo el Pentateuco, rechazaban el resto de los libros del Antiguo Testamento y no reconocían a Jerusalén como centro religioso. Ellos tienen su templo en el monte Garizín, en Síquén. Entre ellos y los judíos existía un odio mutuo.
Ciudades importantes eran Samaría, Siquén y Cesarea.

Judea

Es la región sur de Palestina, la más extensa y la más despoblada y pobre. La ciudad principal de Judea es Jerusalén. Su importancia es, en primer lugar, religiosa: allí está el único templo judío del mundo, al que todos deben peregrinar. A este motivo hay que añadirle su importancia política, ya que es la sede del sanedrín, cuya competencia se extiende a todos los judíos del mundo. Los dos motivos anteriores producían un tercero: su importancia económica. La gran afluencia de peregrinos la hacía centro de grandes negocios monetarios, de banqueros, recaudadores de impuestos, mercaderes de esclavos y de ganado.

Otras ciudades importantes de Judea son Hebrón, Belén, Emaús, Betania y Jericó (la ciudad residencial de los sacerdotes de Jerusalén).





GEOGRAFÍA DE LA MISIÓN PAULINA




Después de la experiencia pascual, narrado en los cuatro evangelios se da el despliegue misionero de los primeros cristianos. En Hechos 1,8 se nos describe de manera programática el itinerario que debe recorrer el Evangelio hasta llegar a los confines de la tierra. Literalmente dice así: …pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra. La misión partió de Jerusalén, recorrió la región de Judea y Samaría. En un segundo momento, con Pablo a la cabeza, y durante tres viajes consecutivos llevó el Evangelio a Asia Menor[3] y Europa[4].

Finalmente, Pablo culminó su obra misionera con el llamado viaje de la cautividad, según cuenta Lucas en Hechos, llevando la Palabra de Dios hasta Roma.[5]



[1] En Egipto encontramos el río Nilo con su desembocadura en forma de delta; en Palestina, el río Jordán; en Mesopotamia, los ríos Tigris y Éufrates.
[2] Palestina, que significa “tierra de los filisteos”, ha recibido diversos nombres a lo largo de la historia: Canaán, Israel, Judea, Tierra Santa. Además, de oeste a este distinguimos tres grandes regiones naturales:
* la llanura costera;
* la zona montañosa, que recorre el país de norte a sur a ambos lados del río Jordán,
* y la depresión del río Jordán, en la que se hallan el mar Muerto y el mar de Galilea (llamado también mar de Genesaret o lago Tiberíades). El Jordán divide el territorio en dos grandes regiones: la Cisjordania, al este del río, y la Transjordania, al oeste. En la Cisjordania se encuentran escalonadas, de norte a sur, las regiones de Galilea, Samaría y Judea.    
[3] En compañía de Bernabé y al inicio de Juan Marcos, Pablo realizó su primer viaje misionero en los años 47-48. Los centros importantes a los que llegó fueron: Antioquía de Siria, Chipre, Perge, Antioquía de Pisidia, Icono, Listra y Derbe; todo esto en Asia Menor, hoy Turquía.
[4] El segundo (49-52) y tercer viaje (52-56) misionero. Los centros importantes son: Filipos, Tesalónica, Atenas y Corinto
[5] Todo el despliegue misionero de Pablo lo podemos ver en Hechos 13-28.



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